domingo, 23 de junio de 2013

El rostro por San Juan


Entre despedidas y bendiciones, le recomendaron lavar su cara con el agua de la noche de San Juan, impregnada de flores. Me hizo gracia, lo reconozco. Y ella sonrió agradecida, como siempre. Pero no le hace falta. Apenas tiene arrugas. Y en cada arruga, una historia, seguro. Ella es enigmática. Su mirada, limpia y azul, transparenta inmensidad. Han contemplado bueno y menos bueno. Sus manos, recogidas y prudentes, expresan ternura. Han amasado más de lo que supongo. No precisa adecentarse con aguas mágicas. Tiene el poder de calmar a quien a su lado se sienta. Lo he visto. Y me gusta verlo. Lo que nunca he visto es cómo llega hasta su sitio. Tampoco abandonarlo. Siempre está, siempre es puntual. Y como una delicada sombra, desaparece.

Es como una suave presencia que mantiene todo en orden. No me imagino su sitio vacío, ni la iglesia sin ella. No alcanzo a saber quién recordaría el canto de una joven hebrea sin sus plegarias. 

Ella forma parte de mi recuerdo agradecido. Forma parte de las parábolas que, por suerte, he podido leer en sus rostros, en su mirada limpia y azul. Es parte de esa realidad que, compleja e inquietante, me veo próximo a despedir y pronto a ofrecer...

jueves, 16 de mayo de 2013

De Ti

«En el verdadero amor, es el alma la que envuelve al cuerpo». [F. Nietzsche]


Y todo acaba en ti,
los besos, cada fiesta, la raíz
que bebe mis dolores, mi febril
costumbre de buscarte, mis días y este hambre de ti.



domingo, 28 de abril de 2013

Bajo el dintel

Llevo tiempo sin escribir.
No me gusta lo que escribo. 
Quizá dejé la puerta muy abierta. 
Quizá la dejé demasiado cerrada. 
Quizá no haya tenido puerta...

Quizá  aún esté creándola...

Acércate 
«Acércate a esta nueva puerta / con gran confianza en tu corazón, / porque tienes mucho que ofrecer. / Abre cada nueva puerta con ánimo, / teniendo tus sueños muy presentes... / Sabiendo que el mundo está esperando / la bondad y el amor que llevas contigo.» [J. Rupp] 

domingo, 17 de marzo de 2013

A ras del suelo




«lo vio y se conmovió...»
Así me ves:
    Expuesto a todo riesgo.
    Agradecido de bendiciones.
    Arrepentido de ayer.
    Temoroso de mañana.

Así me veo:

    Enfrentándome a lo que no es tuyo.
    Apaciguándome en la ausencia de paz.
    Luchando para dominarme.
    Esperando lo que ya me diste.
    Herido de pasiones.
    Canalizando tu proyecto.
    Negado de apetencias.    
    Fortalecido en la prueba.


«Viéndola llorar Jesús y que también lloraban los judíos que la acompañaban, se conmovió interiormente, se turbó...»

Así quiero verme:
    
    Capaz de lo que quieras.
    Atento a tu Palabra.
    Suplicante de perseverancia.
    Necesitado de misericordia.


   «…pero voy a despertarle»

Así quiero vernos:
    Desbordado por tu Misterio.
    Rendido si me lo concedes.
    En paz cuando me conviertes.
    En duelo cuando caigo.
    A ras del suelo sin ser apedreado...
«E inclinándose otra vez, siguió escribiendo.»



Y así acabas viéndome siempre,
- así acabas acabándome -:
que sin merecerlo te cuelgas a mi cuello,
me cubres de besos, mi copa rebosa...

que me nombras ausente de pecado,
libre y sin condena...
pero mi torpeza me hace seguir atado...

que me despiertas vivo entre llantos,
querido en mi muerte, entristecido por mi ausencia…
y yo, ingrato, me niego a creer que me quieras en mi pecado…

«Mirad cómo le quería...»
No entiendo cómo puedo ser aquel a quien tanto querías...
me duele entenderlo...

domingo, 20 de enero de 2013

Signo y sacramento


Arder.
Abrasar.
Encender.
No piensa sino cómo...