jueves, 25 de febrero de 2010

¿Merece la pena realmente?

Qué lástima sería ver que no hay cabeza.
Qué lástima sería observar que no hay soluciones sin enfados.
Qué lástima sería percibir a alguien ausente.
Qué lástima sería saber que no hay compromiso en ninguna parte.
Qué lástima sería concienciarse de que lo raro es que haya un referente.
Pero, ¿tan difícil es mantener la ilusión primera?
Es entonces cuando se me tambalean los esquemas.
(Y me da lástima. Y lastimo. Y me lastimo, porque hay una parte de mi que me frena a adentrarme...)

1 comentario:

  1. Qué gozada es ver que hay corazón.
    Qué gozada es observar que existen soluciones.
    Qué gozada es percibir a alguien presente.
    Qué gozada es tener un compromiso donde sea.
    Qué gozada es darse cuenta de que uno tiene tal Referente.
    Entonces, ¿por qué es tan difícil es mantener el ánimo a veces?
    Es entonces cuando me doy cuenta de que vivo en Cuaresma.

    Ánimo hermano, que no te faltan fuentes de donde sacar fuerza y arte.

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