martes, 17 de noviembre de 2015

Soledades

Una puerta entreabierta.
Una ruido de viento.
Un rechistar de la madera.
Un cuenco vacío.

Una flor marchitada.
Un jarrón con agua turbia.
Una mancha de cera.
Una hoja seca caída.

Un cerrojo echado.
Quizá son tres.
Dos relojes marcando los segundos.
Y en medio... ¿Qué?

Un remiendo tan eterno como temporal.
La noche quieta.
La noche cerrada.
La noche es.

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