Que Tú me vivas... porque me reinas
Que nunca falle mi trabajo.
Que no me aparte de tu tierra.
Que siempre abrace, me alegre y desee tu vasto.
Que aunque sea siervo inútil - o desagradecido vasallo -,
no encuentro mayor cobijo
que amando, llorando, besando tus pies cansados.
Que no conozco mayor cobijo que entregándome derramado...
Por ti, Rey mío,... que sea fiel a tanto.
MI VICTORIA ES MÁS FIRME QUE LA MUERTE
ResponderEliminarNo dejarás de oír lo que te quiero,
que te quiero sin norma y con locura;
locamente te quiero, sin cordura,
hasta morir de amor como me muero.
He colgado en la cruz este letrero:
Como el mar, mi costado es ancha hondura;
se rompe el mar, y el Dios de la ternura
se derrama a raudales todo entero.
Quiero anegarte con mi amor, quererte,
tenerte entre mis brazos, mirar: verte.
¿Qué impide nuestro gozo consumado?
¿Muerte? ¿Pecado? Estoy crucificado.
Mi victoria es más firme que la muerte,
y más fuerte es mi amor que tu pecado.
[F. Contreras Molina]