si no alcanzan el suelo tus pies.
Abrázate a la noche
si hasta el alma tienes del revés.
Abrázate a la noche
si tus ojos ya no pueden ver.
Abrázate a la noche
si no hay nada que calme tu sed.
Abrázate y confía,
que aunque larga sea la noche
siempre llega el día."
¡Oh noche que guiaste!
ResponderEliminar¡Oh noche, amable más que el alborada!
...
Quedéme y olvidéme...