sábado, 30 de enero de 2010

Deseo de algo que no se posee

De lo que soy, inconsciente.
A lo que veo, vulnerable.
Sin quererlo, sensible.
   Y se me agarra dentro.
 Y se me atraganta de nuevo.
Y de nuevo, me tira y me recoge.


Pero no sé o no puedo o no quiero o no debo o no consigo expresarlo.
Y muero, en el intento, de ganas.
Pero me las revuelvo en el café y las apago en cigarros de más.
En exceso.

1 comentario:

  1. SILENCIO ha sido tu primer manera
    de entrar en mí; tu entrada por mi alma
    callada brisa todopoderosa
    aventando a las vacuas criaturas
    que en vano me poblaban.

    ...

    Y fuiste voz, al fin, y tan hermosa
    que puede confundirse con mirada.

    ...

    Me la estuviste hablando, tiempo y tiempo,
    historia interminable, sin historias,
    como ese que el arroyo cuenta al prado,
    cuento que nada cuenta, y embeleso.
    Pero bien se sentía
    que todo era subirse poco a poco,
    por tu voz, a su más

    ...

    Y eres mi sangre misma, si se oyera.

    [Pedro Salinas]

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