--«A veces me siento como un águila en el aire»-- [Pablo Milanés]
«Unas veces me siento como pobre colina y otras como montaña de cumbres repetidas.
Unas veces me siento como un acantilado y en otras como un cielo azul pero lejano.
A veces uno es manantial entre rocas y otras veces un árbol con las últimas hojas. Pero hoy me siento apenas como laguna insomne con un embarcadero ya sin embarcaciones una laguna verde inmóvil y paciente conforme con sus algas sus musgos y sus peces, sereno en mi confianza confiando en que una tarde te acerques y te mires, te mires al mirarme».
Jo, nunca me habían comentado una entrada un "anónimo" ni "Mario Benedetti" (que en paz descanse...) Y a uno le haría ilusión saber quién es, por el aquel de dar gracias y de saber que alguien lee lo que derramo unas veces y lo que vomito -por desgracia- otras. Por el aquel, también, de sentir el calor de esa persona y darle un abrazo. Es una gracia y se agradece que a uno le ayuden a crecer sin merecerlo. Gracias, pues.
De corazón acepto tu agradecimiento. Muchas veces siento no estar más cerca, pero también quiero cuidar los procesos personales de cada uno, porque en el fondo, son los que nos construyen y nos realizan. Acojo tu abrazo y sigo apoyándote bien cerca pero sin nombre.
«Sal de tu tierra...»
ResponderEliminar--«A veces me siento
ResponderEliminarcomo un águila en el aire»--
[Pablo Milanés]
«Unas veces me siento
como pobre colina
y otras como montaña
de cumbres repetidas.
Unas veces me siento
como un acantilado
y en otras como un cielo
azul pero lejano.
A veces uno es
manantial entre rocas
y otras veces un árbol
con las últimas hojas.
Pero hoy me siento apenas
como laguna insomne
con un embarcadero
ya sin embarcaciones
una laguna verde
inmóvil y paciente
conforme con sus algas
sus musgos y sus peces,
sereno en mi confianza
confiando en que una tarde
te acerques y te mires,
te mires al mirarme».
Jo, nunca me habían comentado una entrada un "anónimo" ni "Mario Benedetti" (que en paz descanse...)
ResponderEliminarY a uno le haría ilusión saber quién es, por el aquel de dar gracias y de saber que alguien lee lo que derramo unas veces y lo que vomito -por desgracia- otras. Por el aquel, también, de sentir el calor de esa persona y darle un abrazo.
Es una gracia y se agradece que a uno le ayuden a crecer sin merecerlo. Gracias, pues.
De corazón acepto tu agradecimiento. Muchas veces siento no estar más cerca, pero también quiero cuidar los procesos personales de cada uno, porque en el fondo, son los que nos construyen y nos realizan. Acojo tu abrazo y sigo apoyándote bien cerca pero sin nombre.
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