Cuando menos te esperaba,
cuando menos te creía,
cuando menos te pensaba,
cuando menos te buscaba,
cuando no parecía que fuera a ser para mí...
Apareces. Mediado. Sencillo. Vivo.
En el susurro de una brisa suave.
Y sigo pensando que todo este tiempo
- extraño, confuso, deshubicado -
no es más que una continua confirmación,
no es más que una constante repetición - distinta de la anterior -,
no es más que un potente grito:
¡Somos!
Dime, por favor, ¿a dónde podré ir si sigues persiguiéndome...?
(Por favor, no lo dejes de hacer)
ÚLTIMA CERTEZA
ResponderEliminarSoy una ola de tu océano
rodando en la superficie de la historia.
No sé si acabaré mis días
rompiéndome en pedazos
contra el acantilado hostil,
o si me iré extinguiendo
como espuma sobre la playa serena.
No sé si seré una protesta
explotada como un trueno
ante tanto arrecife de injusticia,
o si me agotaré en paz
entre la arena tibia
del pueblo que me acoge.
No sé si volveré a ti
roto en mil gotas desangradas,
o si me fundiré contigo
en la intimidad de la bahía.
Pero es mi saber más hondo,
que ya ahora recibo de ti
desde el fondo del océano,
todo el vigor que me construye
y todo el impulso del viaje.
[B. González Buelta]
Anónimo, no dejes de hacerlo... :)
ResponderEliminarSólo desde el amor
ResponderEliminarla libertad germina,
sólo desde la fe
van creciéndole alas.
Desde el cimiento mismo
del corazón despierto,
desde la fuente clara
de las verdades últimas.
Ver al hombre y al mundo
con la mirada limpia
y el corazón cercano,
desde el solar del alma.
Tarea y aventura:
entregarme del todo,
ofrecer lo que llevo,
gozo y misericordia.
Aceite derramado
para que el carro ruede
sin quejas egoístas,
chirriando desajustes.
Soñar, amar, servir,
y esperar que me llames,
tú, Señor, que me miras,
tu que sabes mi nombre.
[Lit. Horas]