lunes, 24 de noviembre de 2014

Elegirse a sí mismo...


Libre porque tiende a ello.
Libre porque se refiere al futuro.
Libre porque busca el otro de todos los ahora.
Libre porque elige serse, no que le sean.
Libre porque Otro le constituye.

Libre, sin más, aunque le han mirado por encima del hombro.
Una, dos, tres, muchas más veces de las que él pudo imaginar.
Pero él es libre.
Libre para conocer que igual que vino se fue.
Libre para no arañarse por dentro con el pasado que sepulta.
Libre para respirar lo hecho y soplar lo esperado.

Libre... tan libre como el viento que refresca su rostro.
«Soy libre porque hay algo en mí que me revela que soy amado...»

sábado, 8 de noviembre de 2014

Más claro: agua

Pienso mesa y digo silla,
compro pan y me lo dejo,
lo que aprendo se me olvida,
lo que pasa es que te quiero.
La trilla lo dice todo;
y el mendigo en el alero,
el pez vuela por la sala,
el toro sopla en el ruedo.
Entre Santander y Asturias
pasa un río, pasa un ciervo,
pasa un rebaño de santas,
pasa un peso.
Entre mi sangre y el llanto
hay un puente muy pequeño,
y por él no pasa nada,
lo que pasa es que te quiero.

[Gloria Fuertes]

martes, 28 de octubre de 2014

Único


¿Qué tendrá Éste que cuanto más me acerco, más se escapa; y cuanto menos espero, más dentro me encuentra?

Único
Cuando me llamas
por mi nombre,
ninguna otra criatura
vuelve hacia ti
su rostro
en todo el universo.
Cuando te llamo
por tu nombre,
no confundes mi acento
con ninguna otra criatura
en todo el universo.
[Benjamín González Buelta]

domingo, 12 de octubre de 2014

Cuanto hago...

En todas las calles está tu paso.
En todos mis pasos, tu recuerdo.
Cuanto emprendo,
cuanto persigo.
Cuanto recibo nuevo,
cuanto abandono viejo.

Sigues estando, sigues cambiándome.
O quizá deba decir acompañándome.

Pero siempre acabo desterrado en un nudo de nostalgia
que no acierto a saber si me ofrece un paso nuevo o una calle cerrada...

viernes, 19 de septiembre de 2014

Contrato de una tarde de lluvia

No han sido pocas las veces que he pretendido abandonar este proyecto. Y algo me dice que debo seguir. No sé cuál es su alcance, ni hasta qué punto el Eterno - de alguna manera - se deja mediar en estas entradas...
He decidido ser libre de eliminar aquello que, a día de hoy, creo que estorbaba. En mí, en ti y, sobre todo, hacia Él. Y así, poco a poco, pisar el suelo firme de quien se sabe salvado. Y siempre para más amar. Nunca para más odiar. Los abismos ya se dan por sí solos. Me niego a cavar profundidades imposibles de unificar con otras tierras. Tierras que, por suerte y por gracia, son sagradas. También.

Por los puentes.
Por los perfumes.
Por los últimos.
Por los excusados.
Por la arcilla fresca.
Y también por los que son invitados a una nueva oportunidad...

Gracias. Y perdón.

martes, 18 de febrero de 2014

Última inconsciencia

Parece que uno se quedó sin palabras en el pasado verano. Resulta que uno se asoma a un abismo cuando se pone frente a esta ventana en blanco. Y sucede que uno quiere, pero no puede. En el peor de los casos, no quiere poder. 

Ya no siento nada como propio de lo que aquí compartí. Ya nada siento importante como para ser compartido. Quizá juzgado, siempre comparado y difícil de dignificar.  No lo veo capaz de luz. Tampoco posible posibilidad de que a Algo llevara. El problema es que nunca me gustó dejar nada a mitad. Tampoco en el olvido. Justo por eso hoy soy más humano: porque el deseo de ser posibilidad no se ha extinguido. Porque el olvido es la condición contraria a la memoria. Porque el recuerdo me dice que estoy llamado - aunque no sea capaz de acogerlo - de apuntar a Quien posibilita.