Y no sé cómo hacerlo.
El caso es que me esmero en encontrarlo, pero no aparece.
O no hago que aparezca.
O no me percato.
O no lo vea.
O no se quiera.
Quién sabe.
El caso es que por más que lo pienso, es así:
Que lo que está cerca no implica que esté.
Que lo que está lejos implica que está.
Quizá sea mejor dejar de pensarlo.
Quizá sea todo más sencillo que todo.
Quizá sea un quizá.
Y tengo que empezar a aceptarlo.
Creo que termino echando de menos siempre...
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