martes, 15 de diciembre de 2009

Celebrar el recuerdo

La noche es tiempo de muchas cosas. Entre ellas y para mí, de recuerdos. Una de las cosas que más me gusta pensar cuando recuerdo algo (o cuando me recuerdan) es que "recordar" viene del latín recordaris, es decir, volver a pasar por el corazón.

Y a uno, que la noche le trae recuerdos de tiempos pasados, emotivos, intensos y, muchos de ellos, muy vivos, quiero recordar una canción.
Una canción que, como música que es, permite dar el sentido que a nosotros nos evoque. Sirva esta canción para recordar algún momento, para recordar a alguien o simplemente, para recordarnos -muy vivos-.
Siempre, estemos donde estemos.

1 comentario:

  1. VENDRÁ DE NOCHE

    Vendrá de noche cuando todo duerma,
    vendrá de noche cuando el alma enferma
    se emboce en vida,
    vendrá de noche con su paso quedo,
    vendrá de noche y posará su dedo
    sobre la herida.

    Vendrá de noche y su fugaz vislumbre
    volverá lumbre la fatal quejumbre;
    vendrá de noche
    con su rosario, soltará las perlas
    negro sol que da ceguera verlas,
    ¡todo un derroche!

    Vendrá de noche, noche nuestra madre,
    cuando a lo lejos el recuerdo ladre
    perdido agujero;
    vendrá de noche; apagará su paso
    mortal ladrido y dejará al ocaso
    largo agujero...

    ¿Vendrá una noche recogida y vasta?
    ¿Vendrá una noche maternal y casta
    de luna llena?
    Vendrá viniendo con venir eterno;
    vendrá una noche del postrer invierno...
    noche serena...

    Vendrá como se fue, como se ha ido
    -suena a lo lejos el fatal ladrido-,
    vendrá a la cita;
    será de noche mas que sea aurora,
    vendrá a su hora, cuando el aire llora,
    llora y medita...

    Vendrá de noche, en una noche clara,
    noche de luna que al dolor ampara,
    noche desnuda,
    vendrá... venir es porvenir... pasado
    que pasa y queda y que se queda al lado
    y nunca muda....

    Vendrá de noche, cuando el tiempo aguarda,
    cuando la tarde en las tinieblas tarda
    y espera al día,
    vendrá de noche, en una noche pura,
    cuando del sol la sangre se depura,
    del mediodía.

    Noche ha de hacerse en cuanto venga y llegue,
    y el corazón rendido se le entregue,
    noche serena,
    de noche ha de venir... ¿él, ella o ello?
    De noche ha de sellar su negro sello,
    noche sin pena.

    Vendrá la noche, la que da la vida,
    y en que la noche al fin el alma olvida,
    traerá la cura;
    vendrá la noche que lo cubre todo
    y espeja al cielo en el luciente lodo
    que lo depura.

    Vendrá de noche, sí, vendrá de noche,
    su negro sello servirá de broche
    que cierra el alma;
    vendrá de noche sin hacer ruido,
    se apagará a lo lejos el ladrido,
    vendrá la calma...
    vendrá la noche...

    -En París, en la noche del sábado al domingo de Pentecostés, 31 de mayo de 1925.-

    [Miguel de Unamuno]

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